Salud y la mujer

Para nostras las mujeres es muy importante todo lo que concierne a la salud ya que tradicionalmente somos las enfermeras de nuestros hijos y de nuestra pareja.
Otros apartados en mi blog ► Belleza y salud para la mujer
14/5/2020 ― Los principales problemas de salud que padecemos las mujeres, al igual que los hombres sin discriminación, son debido a los hábitos cotidianos, costumbres y tendencias que hacemos repetitivamente sin ser consciente de ello. Hábitos con los alimentos diarios que consumimos, con las posturas incoscientes que mantenemos durante horas, con el periodo de descanso, y otros aspectos más de nuestra vida cotidiana.
La importancia de la buena salud en la familia
Leí hace tiempo un artículo, del siempre polémico JV Santacreu, en el que afirmaba que muchos de nuestros problemas de salud se deben a nuestros hábitos. En su web de dietas para adelgazar afirma que con un cambio de hogar y de familia durante un mes era suficiente para comprobar los cambios en nuestro organismo, incluso en nuestro metabolismo.
Apartados de salud:
Cambios inteligentes en nuestra vida
Gorditas que adelgazan, otras que engordan, jaquecas que desaparecen, dolores musculares o en articulaciones que se mitigan, problemas del sueño que desaparecen, etc. Y todo con tan sólo haber cambiado algunas costumbres en nuestra vida.
He seleccionado los mejores artículos y consejos prácticos para estar en forma y para cuidar de nuestra salud, un eslabón muy importante para fortalecer nuestra felicidad y la de nuestra familia.
Importancia de la mujer en la salud de la familia
Nosotras desempeñamos un papel esencial en la salud y el bienestar de nuestra familia en distintos niveles, desde el cuidado directo hasta impulsando hábitos saludables y la defensa de los derechos y necesidades en la salud de todos los miembros de nuestra familia. Nuestra influencia y dedicación son fundamentales para mantener una familia sana y muy feliz.
La mujer es un modelo saludable para la familia
Las mujeres debemos practicar hábitos saludables, como hacer ejercicio regularmente, mantener una dieta equilibrada y buscar atención médica preventiva, porque somos un modelo poderoso de referencia para toda la familia. Esto fomenta los buenos hábitos a todos los miembros de la familia hacer valer la propia salud y bienestar a la dejadez en todos los aspectos diarios.
Las mujeres somos el referente en la familia
En algún sitio leí que los hijos no obedecen, imitan. Las mujeres solemos ser los pilares emocionales en la familia, ofreciendo apoyo, consuelo y consejos en momentos de estrés o enfermedad. Nuestra capacidad para fomentar un entorno emocionalmente saludable puede tener una consecuencia positiva en la salud mental y emocional de nuestros hijos, y también en nuestra pareja.
Somos la atención primaria y los primeros auxilios
Las mujeres somos las principales cuidadoras de la familia, ofreciendo atención física y emocional a nuestros hijos, parejas, padres, abuelos u otros miembros de la familia que necesitan apoyo. Nuestro papel como cuidadoras va desde la administración de medicamentos hasta las citas médicas en el ambulatorio. Somos unas auténticas enfermeras en casa.
A veces no nos damos ni cuenta, pero lo hacemos. Somos nosotras las que vamos detrás de las vacunas, las que recordamos las revisiones médicas, las que miramos con preocupación esa tos rara de una de nuestras hijas o ese lunar que ha cambiado de forma en la espalda de nuestra pareja. Sin pedir medalla ni título, acabamos siendo las cuidadoras de la salud de toda la familia. Y no es casualidad: es algo que llevamos dentro, que aprendimos observando o que simplemente asumimos… porque alguien tenía que hacerlo. Y ser madre enseña mucho.
La mujer enfermera que está pendiente de la salud de la familia
Yo, por ejemplo, tengo en la cabeza ―y en alguna que otra nota del móvil― cuándo le toca a una de mis hijas ir al dentista, si mi madre ha tomado la pastilla para la tensión o si a Juanmi le toca control de colesterol. Y sé que no soy la única. Muchas mujeres hacemos de «gestoras de la salud» familiar sin siquiera llamarlo así. Lo damos por hecho. Pero si nos paramos a pensarlo, es una labor enorme.
La naturaleza biológica nos enseñó a cuidar de la salud de la familia
Desde pequeñas aprendimos a cuidar. Y ahora somos nosotras las que enseñamos a otros: a comer mejor, a beber agua, a dormir bien, a pedir ayuda cuando algo no va bien. Lo hacemos desde la cocina, desde una conversación en el coche o incluso desde el ejemplo. Porque no basta con decirlo: nosotras lo vivimos.
También tenemos ese radar invisible para notar cuando alguien no está bien, aunque diga que sí. Nos damos cuenta si alguien está más callado, si algo le preocupa, si necesita hablar. Y muchas veces somos el hombro, el refugio, la que anima a buscar ayuda profesional o simplemente a desahogarse.
Pero, no solo cuidamos: también decidimos. Buscamos médicos, comparamos tratamientos, gestionamos citas, leemos etiquetas, preguntamos en foros o en farmacias. Somos esa voz que dice: «esto hay que mirarlo» o «vamos a prevenir, por si acaso». Y eso tiene un valor incalculable.
En definitiva, las mujeres somos un puntal esencial en la familia porque quizás lo llevamos inscrito en los genes de la maternidad.
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El artículo de esta semana:
Un libro espectacular que rompe las normas establecidas en ciencia ― He de confesar que lo he leído muy poco por falta de tiempo, pero Juanmi se lo ha tragado casi de una sentada, y al final su conclusión ha sido triste porque se ha quedado con ganas de más. Un libro muy interesante que recomiendo para todo tipo de público.
1007 - Si vas a cuidar tu cutis, opta por utilizar exfoliantes suaves que no sean demasiado abrasivos para evitar dañar la piel.
♦ Estos son mis temas y pensamientos ►
Lo que veces olvidamos de nuestro papel como cuidadora de la salud de la familia. Porque cuidar cansa. Cuidar sin descanso puede agotarnos, dejarnos sin espacio, sin tiempo para nosotras. Por eso es tan importante recordarnos que también merecemos ser cuidadas. Que no tenemos que hacerlo todo solas. Que podemos y debemos pedir ayuda, delegar y darnos un respiro.
Cuidar es un acto de amor, sí. Pero también de responsabilidad, de entrega, de fuerza. Y aunque a veces parezca invisible, lo que hacemos cada día por la salud de nuestra familia deja huella. Nosotras cuidamos… pero también valemos mucho. Que no se nos olvide.